Bordear es el arte de permanecer al límite del orgasmo. ¿Por qué hacer esto? Pues, para empezar, porque un amante no egoísta es un buen amante. Más aún, este estado puede darte más placer que el orgasmo. ¿Cómo? Es en esos momentos justo antes del orgasmo en los que nos volvemos salvajes. Es claro, el orgasmo se siente maravillosamente. Pero eso puede terminar en cuestión de segundos. Y entonces todo ese placer maravilloso literalmente desaparece.

Bordear se trata de quedarse en el pre-climax un poco más de tiempo. ¿El resultado? Que tus orgasmos sean muchas veces más poderosos, durar más tiempo y permitir que tú y tu pareja lo alcancen a la vez. Puesto de manera simple, aprender a bordear te hará un mejor amante. Y tendrás mucha más diversión al hacerlo.