Se dice que los violinistas profesionales nacen, no se hacen, y Antonina como estudiante de biología probablemente estará de acuerdo.

SE HA sumergido a fondo en el mundo natural y se ha convertido en uno de sus grandes iconos. Con su cuerpo alto, firme y esbelto y sus ojos oscuros que miran hacia horizontes lejanos, es una profesional en toda regla, una chica nada pretenciosa que nació para posar desnuda de la misma manera que Picasso nació para esparcir óleo sobre lienzo. Es el sujeto fotográfico ideal en todos los sentidos; si bien es reservada, se da cuenta de que cada una de sus curvas es el símbolo de un ideal.

Antonina piensa terminar sus estudios y recibirse. El problema es que hace tan bien sus deberes como su trabajo de modelo, y Hegre.com tuvo el privilegio de fotografiarla en distintos lugares de Kyiv: en edificios históricos, a la orilla del río y, por último, en los jardines botánicos.

¿Adónde si no llevarías a una bióloga?